productividad
¿El aumento de la productividad del trabajo fortalece las pensiones?
El aumento de la productividad del trabajo no mejora necesariamente la sostenibilidad de las pensiones.
Soy consciente de que esta afirmación puede resultar, como poco, desconcertante, pues parece negar la evidencia de que, precisamente, el crecimiento de la productividad debería proporcionar los recursos que necesita el fondo público de pensiones. Si la economía española consiguiera mejorar los estándares de productividad, aumentarían tanto los salarios de los trabajadores como los beneficios de los empresarios; sin necesidad de incrementar la presión fiscal, sería posible transferir recursos desde la población activa ocupada, que crea riqueza, en dirección a la población inactiva receptora de las pensiones, situada fuera de los circuitos productivos y en continuo crecimiento fruto del envejecimiento demográfico. Así de lineal y de tramposo es el discurso dominante. Sigue leyendo
Los aumentos de la productividad: La gran mentira
Producir más cantidad y mayor calidad, en menos tiempo y con menos recursos. Este sería, más allá de los episodios de crisis, el gran activo del capitalismo, frente a los sistemas económicos que le han precedido en la historia. Donde fracasó el socialismo realmente existente –simbolizado por la Unión Soviética-, ha triunfado el mercado.
Una primera aproximación –en mi opinión, superficial y, desde luego, insuficiente- parece dar la razón a los que sostienen que el balance del capitalismo en materia de productividad es, sin paliativos, una historia de éxito. Cabe señalar al respecto la reducción de la jornada laboral, el aumento en la variedad y la calidad de los bienes y servicios puestos a disposición de las empresas y los consumidores y la reducción de su precio. Sigue leyendo
¿Cómo conseguir que las ganancias de productividad se conviertan en más empleo?
La coexistencia de aumentos en la productividad del trabajo y relativamente altos niveles de desempleo nos emplaza a un debate alrededor de la pregunta que encabeza el texto. Este debate, de alcance europeo, cobra especial relevancia y actualidad en la economía española, cuando vemos que, en los últimos años, los indicadores de productividad y empleo han evolucionado en direcciones opuestas; el sustancial aumento del primero ha ido de la mano de una masiva destrucción de puestos de trabajo. Sigue leyendo
El espejismo del aumento de la productividad en la economía española
La productividad laboral es un indicador que relaciona el Producto Interior Bruto (PIB) con el número de trabajadores (L). Pues bien, en lo que concierne a su crecimiento en los últimos años, la economía española se encuentra en la parte alta del ranking comunitario. Entre 2010 y 2016, ha aumentado un 6,9%, registro muy superior al obtenido en nuestro entorno comunitario, donde progresó un 4,7%%; en Alemania, por ejemplo, el crecimiento fue de tan sólo un 3,8%. Sigue leyendo
Democratizar las relaciones laborales
¿Tiene la economía española un problema de productividad? Sí, lo tiene, existe una opinión unánime al respecto y una evidencia empírica contundente. Un dato como muestra: en 2016 el Producto interior bruto (PIB) por hora trabajada en nuestra economía era el 65,6% de la alemana alemán y la diferencia entre ambas ha aumentado desde 2008 en algo más de tres puntos porcentuales. Sigue leyendo
¡Que no nos engañen!
Vincular la evolución de las retribuciones de los trabajadores asalariados y la productividad laboral. Así rezaba uno de los objetivos centrales de la reforma del mercado de trabajo llevada a cabo por el gobierno del Partido Popular. Como si los salarios estuvieran creciendo por encima de la referida productividad. Falso. Sigue leyendo
La falacia del vínculo salarios-productividad
Es necesario que la evolución de los salarios se ajuste a la de la productividad. Afirmación, en apariencia, cargada de sentido común y de lógica económica. Más ahora, en tiempos de zozobra, cuando las empresas necesitan adaptar su estructura de costes a las adversas y variables condiciones impuestas por una crisis que no acaba de remontar. Sin embargo, en esa afirmación hay más confusión de lo que parece, adivinándose planteamientos e intereses que, como es habitual en los debates económicos y políticos, están convenientemente camuflados.
¿Debemos suponer acaso que los salarios han crecido en España y en la Unión Europa (UE) más que la productividad y que ha llegado el momento de corregir esa anomalía? En absoluto. Ha sucedido justo lo contrario. Desde hace varias décadas, los ingresos de la mayor parte de los trabajadores comunitarios han progresado, cuando lo han hecho, menos que el índice de productividad. Sigue leyendo