Con la pandemia no empieza todo

Todavía resulta prematuro avanzar datos verosímiles sobre el impacto que la crisis económica y social provocada por la pandemia tendrá sobre el empleo y los salarios, pero ya se puede afirmar que será enorme, sin precedentes. En todo caso, conviene puntualizar que la degradación de las condiciones laborales viene de lejos. Sigue leyendo

El poder, ausente en los análisis del Fondo Monetario Internacional

Un reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) (https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2017/09/19/world-economic-outlook-october-2017) menciona la paradoja de que la sustancial reducción del desempleo observada en los últimos años no ha ido de la mano de un aumento de los salarios. El sentido común y el relato de la economía convencional plantea que la intensificación de la demanda de empleo por parte de las empresas y las administraciones públicas, y la consiguiente reducción de los niveles de desocupación, provoca, como en cualquier otro mercado, un crecimiento de los precios, en este caso, del precio denominado salario. Sigue leyendo

¡Menos población activa! Gran éxito de Rajoy

Población activa, término que hace referencia a la parte de la sociedad que participa en el mercado de trabajo; esto es, la suma de los empleados más los desempleados. En otras palabras, las personas en edad de trabajar, con edades comprendidas entre 16 y 65 años (todos los gobiernos, también el de Partido Popular (PP) están aumentando este techo con el pretexto de la insostenibildad de las pensiones) que intervienen o quieren intervenir en el proceso de creación de riqueza. Sigue leyendo

Wages and Income Inequality

Texto publicado por el International Labour Office, Global Wage Report 2014/2015

El último Global Wage Report de la Organización Internacional del Trabajo describe un escenario dominado todavía por el estancamiento o el crecimiento débil de los salarios, si bien también observa diferentes pautas de comportamiento según economías y regiones, reflejo del desigual impacto de la crisis y de la variedad de políticas económicas implementadas. Dentro de esa amplia casuística, España se encuentra entre los países que ofrecen peores resultados. Resulta especialmente interesante, el análisis que vincula desigualdad y condiciones laborales, llegando a la conclusión de que el aumento de la desigualdad, tendencia muy extendida, se explica sobre todo por la destrucción de empleo y/o por la caída de los salarios.

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La falacia del vínculo salarios-productividad

Es necesario que la evolución de los salarios se ajuste a la de la productividad. Afirmación, en apariencia, cargada de sentido común y de lógica económica. Más ahora, en tiempos de zozobra, cuando las empresas necesitan adaptar su estructura de costes a las adversas y variables condiciones impuestas por una crisis que no acaba de remontar. Sin embargo, en esa afirmación hay más confusión de lo que parece, adivinándose planteamientos e intereses que, como es habitual en los debates económicos y políticos, están convenientemente camuflados.

¿Debemos suponer acaso que los salarios han crecido en España y en la Unión Europa (UE) más que la productividad y que ha llegado el momento de corregir esa anomalía? En absoluto. Ha sucedido justo lo contrario. Desde hace varias décadas, los ingresos de la mayor parte de los trabajadores comunitarios han progresado, cuando lo han hecho, menos que el índice de productividad. Sigue leyendo

Trabajadores y pobres

La proporción de trabajadores que se encontraban situación de pobreza era en 2013 del 11,7%. Un dato más que añadir al desolador panorama que ofrecen la economía y la sociedad española, marcado por la continua y creciente degradación de las condiciones de vida de buena parte de la población… aunque para Rajoy y sus ministros y para los políticos del Partido Popular “las cosas empiezan a ir mejor” y “España es un ejemplo para Europa”.

No me detendré en la desvergüenza, el cinismo y hasta el odio hacia los que sufren contenido en estas expresiones o similares (me viene a la memoria el improperio de aquella “señorita” del PP de cuyo nombre no quiero acordarme: “¡Qué se jodan!”). Sí quiero reparar, sin embargo, en el profundo alcance y significado del elevado porcentaje de trabajadores que reciben una remuneración que les sitúa cerca o por debajo del umbral de la pobreza. Sigue leyendo