Fernando Luengo y Lucía Vicent
Economistas
Se ha convertido en un mantra repetido una y otra vez afirmar que, por definición, a diferencia de los préstamos -que, evidentemente, sí hay que devolver con sus correspondientes intereses-, el dinero procedente de Bruselas en forma de transferencias no debe ser reintegrado. En consecuencia, éstas no representan una carga adicional para las cuentas públicas, sino que, por el contrario, aumentan el margen presupuestario de los gobiernos.
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